W. listo, seductor, afable, millonario, 28 años.
Parte de la velocidad que mantiene suspendida su suerte
en el aire mientras el suelo cambia ha de ser solo vértigo: miedo de la moneda
a definirse. Lo que hace 4 años eran negocios de coches de lujo y servicios en
torno a ellos hoy es intermediación con oro, petróleo y un club de striptease a
punto de abrir. Con la misma facilidad con la que, conduciendo un Porsche 911 a
332 km/h, una población tarda minutos en convertirse en otra, parte de su
suerte es solo temblor, visibilidad parcial de las cosas que le rodean. O quizá
es solo que, a determinada velocidad, la normalidad ni se acerca. Para qué.
eso es...para qué, para ser como yo? No hacen falta más lerdos en el mundo...jeje
ResponderEliminarmendrugo, tú tienes petróleo dentro...
ResponderEliminarsip, negro por dentro jeje
ResponderEliminarva! pues eso, que yo fui a la compra a la caza de ofertas y no creáis, que también así se vive de vértigo! ja! :P
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