sábado, 3 de diciembre de 2011

todo al revés


D. sólido, noble, generoso, amigo de R. y W. 30 años
En el bar, entre la tercera y la cuarta cerveza, D. tiene delante de él tres ofertas de trabajo: distribuidor de cerveza holandesa en Irak, manager del club de striptease, y tres meses de sueldo para desarrollar otro proyecto. Quizás porque duerme con R. en vano, el resto de imposibles le abrazan de forma espontánea. Hay que verle inseparable de Dlle. para entender que las holandesas hermosas pudieran emplearle como a un muñeco vudú: lo que le atraviesa hace efecto lejos, en otro país, a otra persona. Dentro del puedo, fuera del podio, acaso más sirven los alfileres aquí para apuntalar otra cosa allá. D., al que adoran R., W., Dlle. y cuantos le tratan. Lo que le pasa no es la mitad de asombroso que lo que no le pasa. 

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