D. sólido, noble, generoso, amigo de R. y W. 30 años
En el bar, entre la tercera y la cuarta cerveza, D. tiene
delante de él tres ofertas de trabajo: distribuidor de cerveza holandesa en
Irak, manager del club de striptease, y tres meses de sueldo para desarrollar
otro proyecto. Quizás porque duerme con R. en vano, el resto de imposibles le
abrazan de forma espontánea. Hay que verle inseparable de Dlle. para entender
que las holandesas hermosas pudieran emplearle como a un muñeco vudú: lo que le
atraviesa hace efecto lejos, en otro país, a otra persona. Dentro del puedo,
fuera del podio, acaso más sirven los alfileres aquí para apuntalar otra cosa
allá. D., al que adoran R., W., Dlle. y cuantos le tratan. Lo que le pasa no es
la mitad de asombroso que lo que no le pasa.
jajaja...me encanta JP...qué mamón :P
ResponderEliminaray!
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