jueves, 2 de septiembre de 2010

El traje nuevo, el emperador viejo


Hay un punto en que la veneración en Budismo y catolicismo se encuentran, y ese lugar es un guardarropa. Decora el catolicismo hasta emboscar a sus padres recientes de seda y oro, de la cabeza a los pies. Y así lo venerado es un hombre vestido del poder de su empresa. En el vestuario de la santidad budista uno halla, sin embargo, hombres que son ya casi su esqueleto visible, consumidos, no menos harapo biológico que el trapo naranja que tapa apenas su desnudez. Como si lo que fueras a representar es lo que hiciste de ti, con sacrificio obvio. Respetable en la dignidad individual tanto como en el catolicismo sea, opcional la admiración, representada la obediencia debida, históricamente obligada bajo tortura y asesinato, de ser necesario, o como hoy, sólo con censura. No por llevar menos ropa somos mejores o tras el verano no habría tantos divorcios. Pero mientras la presencia en este mundo de un obispo parece dictarla los espejos, en el fondo de un templo tailandés, tras haberte descalzado, parece esperar la imagen del mismo hombre que pide fuera, junto a los zapatos.

Comer del mito del bien y del mal


Tiene algo de infantil la adoración. Por incondicional, dura lo que la edad primera en lograr la adolescencia. Por crédula, lo que tardan ciertas mentiras en caer del árbol de la verdad. Los padres eran esos reyes de niños, y de mayores vienen los dioses a ocupar su lugar. Algunas sociedades y no pocos individuos escogen, respectivamente, ya de adultos, preservar ambos altares, y así, los primeros se quedan con los reyes. Y los segundos, con los dioses. Tailandia tiene de ambos en cantidades asombrosas, acaso únicas en el mundo. Con la misma perseverancia –aunque sin su soberbia criminal- con que, en Estados Unidos o Israel, la ultraderecha exhibe su músculo idiotizado por la religión y otros tejidos adiposos, aquí se acude a los templos para honrar a un monje que predica la privación con la probada credibilidad de un antepasado, y fuera de ellos, se venera a un rey como si fuera un padre, infantilismo incluido en las estampas de pastelería social sembradas en la ciudad. Y que se encuentran con lo religioso en las aberrantemente serviles muestras de exaltación del amor debido vistas hace nada, cuando el cumpleaños de la reina consorte. Como un juguete creado por nuestra mano derecha, al que la mano izquierda decide creer cuando aquel echa a andar, algo que crear resiste camuflado en algo que creer. Hibernado y a la vez visitable, como Disney.

Siguiente apartado


De lo que no se puede hablar se ha de escribir. Sólo preguntar por la monarquía agrede aquí al mismo tiempo a quien pregunta y a quien tiene prohibido responder. Pero el silencio se aproxima al grito a medida que el rey envejece, rumbo al mismo gusano al que pertenece la mera idea de monarquía en cualquier sitio. No podemos hablar de eso –escuchas- pero si se nos pregunta, diremos que no nos gusta su hijo, que todo va a cambiar si se plantea su sucesión. No es un viaje extraño el que va del amor a la indiferencia o el desprecio, pero aplicado a una idea con siglos de vigencia, agrada ver su vulnerabilidad, tan próxima a la de cualquiera de nosotros, cuya ascendencia sobre el resto de los mortales, lograda en su origen entre un deseo tribal y mitológico de dominación, y la necesidad de un liderazgo que pusiera fin a disputas perennes, declina hoy por sus opuestos respectivos: la consagración de procesos democráticos renovables periódicamente, y el derecho, emanado de lo anterior, de convertir la antipatía en despido fulminante.

Cuadros de una exposición


El curso de masaje ha terminado y previo al examen, ocho personas se afanan en ensayar las 62 posturas con sus compañeros respectivos. La práctica puede lograr de semejante acto de previsión y memoria una carrera muscular que toma a idéntica velocidad curvas y rectas, pero la lentitud con que se afanan tiene a estas horas más de mimo que de práctica sanadora. Las tan distintas calidades suceden en la misma sala, en un silencio idéntico que va del paciente al cuaderno de apuntes bajo la mirada de los instructores, y de repente es todo un cuadro, un solo motivo que se repite con distintos grados de retardo, una secuencia que se aproxima a la perfección desde ese ángulo insospechado de la lección de anatomía: el dibujo, el trazo.

Qué hacer con un monzón


Uno se ducha varias veces al día en Tailandia: una tras despertarse, otra al llegar al hotel, de noche. Y en medio, una tercera que sucede a cámara lenta a lo largo del día, dentro de tu camiseta, por todo tu cuerpo. Asi que el diluvio que a veces sobreviene funciona como un acelerador de partículas al aire libre: reproduce lo que ya tienes encima, sólo a mayor velocidad y con su propia música al ducharte. Cualquiera ha estado ya antes bajo lluvia semejante, sólo que raramente en manga corta y sandalias como pasa aquí cuando pasa. Es raro pensar que el bañador que llevas es un arca.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Al diploma lo que es el diploma


La precisión con que un masaje tailandés exige reconocer huesos y músculos involucrados en 62 posturas para las que has dispuesto de 7 horas de práctica durante los cuatro días que dura el curso, ofrece un promedio inmune a estiramientos: 9 posturas por hora de ensayo. Puesto que pasas la mitad del tiempo sirviendo de paciente a otro estudiante, el ajuste real es 9 cada media hora: 3,33 minutos por postura. Alguna de las cuales incluye más de seis movimientos distintos. En el mejor de los casos, has aplicado cada postura un par de veces. Si apruebas un examen, recibes un diploma que acredita que te han enseñado 62 posturas en 4 días. No habla de ti, sino de ellos.

Siga a ese sofá


Si tienes suerte, al llegar a un país que no es el tuyo, conoces a alguien nativo con quien descifrar el mapa sin esfuerzo. Si tienes aún más suerte, viajas con Teresa y su corte infinita de personas posibles, disponibles en todo el mundo, a los que has conocido no un día después de aterrizar, sino semanas o días antes, vía couchsurfing.com. Puedes llamarte Pico y servir de chofer en sidecar por el extrarradio rural de Chang Mai. Puedes ser Tulika y llevarnos a un restaurante hermoso, una vez en la ciudad. Puedes ser Mai y ofrecerte a vernos cuantos días podamos. Puedes ser Brian, quien después de enseñarnos Bangkok en siete horas a la carrera, duerme en el sofá mientras nosotros en su cama. Puedes ser Jan, que nos dedica un día, su noche y sus amigos. O Vanda, que nos lleva al que ha de ser el más ortodoxo restaurante vegetariano posible. Es impensable tanta generosidad, tanto afecto desinteresado, tanta disponibilidad con alguien a quien no has visto en tu vida e improbablemente verás de nuevo. Y sin embargo se mueve. Justo delante de ti.

Ao Phra Nang


Hay que saber irse –piensa uno mientras el atardecer borra al tiempo nuestra estancia en Railey y los perfiles de la playa majestuosa de Ao Phra Nang, en la costa Oeste. Lo que uno está pensando es, pues, que hay que saber dónde volver. El día en que la full moon party ha desplazado al golfo de Tailandia a buena parte del turismo, tocamos en esta parte del país casi a playa por persona. Es una forma de patrimonio indescifrable que los monos ceden de día y heredan de nuevo, llegada la noche. Apenas se ve cuando nos vamos, y no cuesta sentir que lo que escapa apresuradamente a nuestro paso no son cangrejos sino la pura riqueza.

sobre la tela de una araña


Los elefantes, símbolo orgulloso del país, necesitan centros que reparen y alivien tanta gloria. Si en vez de domesticarlos brutalmente se les toreara, en vez de conservacionistas tendríamos intolerantes carentes de todo sentido de la libertad cultural. Qué utilidad puede tener un paquidermo dejado vivir libre en su hábitat, comparado con la rentabilidad que se obtiene de subir y bajar de él turistas, o ponerle a pintar o tocar instrumentos musicales en las calles de Bangkok. El argumento es el ubicuo: alguien está dispuesto a pagar por ello y eso basta. Familiarmente, la tradición hace aquí lo que el toreo extrae en españa de la raigambre nacional, aunque sin esa gloria nuestra por la cual el adn de una sociedad se obtiene de la sangre, y cuanta más sangre, al parecer más adn. Sólo que el elefante es una caja registradora, atrae turismo, y como tal, la tortura de su domesticación busca generar ingresos: es un impulso animal contra otro. Nada le da a uno más asco en la distancia con españa que la pretensión de arte con que, en lo taurino, se sacraliza el bestialismo que domeña otro, esos que subidos al toro ensangrentado hablan de paisaje.

etc


En incontables puestos callejeros, una décima parte de la población cocina para el 90% restante, quienes ni cocina tienen. En los vuelos domésticos viajan casi exclusivamente turistas. Hay tanto bazar y tan barato que uno no sabe si lo que está comprando es la imitación o la imitación de la imitación. Al punto de que, puestos a imitar los discos, como en cualquier otra sociedad de piratas, prefieren imitar a quien los canta, y es complicado oír una canción que no sea su versión. Tatuada la religión en la política y viceversa, frecuentan un Buda dentro de los templos al que tratan a cuerpo de rey, y un rey fuera de ellos al que veneran como a un dios. En las recepciones de no pocos hoteles, raramente hablan o entienden inglés, aunque su trabajo sea tratar con turistas…

De compras


Cercados en el vagón del metro por colegiales uniformados, constancia de cuán similares son los formatos de quienes de día pululan Bangkok escrupulosamente vestidos de colegio, incluso en la universidad, con los de quienes, de noche en los barrios prostibularios, tristemente semejan el mismo colegio –caras aniñadas, grupos bien nutridos, el mismo uniforme, esta vez sin apenas ropa que las cubra. Y ese otro añadido, a su lado: el de los clientes con edad de ser profesores, tantos de ellos jubilados.

Libras de carne y alma


Una de las cosas que llaman la atención acerca de los altares, diminutos como casas de muñecas, que hay por doquier, dedicados a honrar a los espíritus, es cómo se las apañaban éstos cuando no tenían quien los alimentara diariamente con ofrendas. O cómo se concilia la sagrada atención a tanto espíritu, con el alquiler indiscriminado del cuerpo que, en los prostíbulos al aire libre de Bangkok, muestra a ambos en el mismo escaparate. Uno recuerda cuando, de niño, jugaba con geipermanes y les adjudicaba ese rol a cambio de matarles y resucitarles: el de que hicieran mi santa voluntad.

sábado, 28 de agosto de 2010

El orden de los factores


No es acaso la única ciudad en serlo, pero el que Bangkok contenga a la ciudad entera en cada fragmento la convierte en una muy cansada de recorrer. Sus aceras son propiedad de los puestos callejeros, su asfalto un caos donde los semáforos en rojo son solo otra clase de verde. Es una ciudad sin papeleras, bancos en que sentarse, calle que no huela al resto de las calles. Transitar un mercado exige la misma resistencia que cruzar una calle. Dos veces al día se detiene, como todo Tailandia, para atender al himno nacional. Posiblemente para coger carrerilla para el resto del día.

viernes, 27 de agosto de 2010

Lo están peinando


En las inmediaciones del wat phra kaew o gran palacio imperial, en Bangkok, un oriundo nos sugiere un plan alternativo (patrocinado por el comercio local) dado que nuestro plan de visitar la zona habrá de esperar 2 horas dado que lo están limpiando. No una sala, sino el complejo entero, que no es pequeño precisamente. Cuando su compinche se ha acercado para corroborar la farsa, un par de españoles nos confirman el entramado. Como prueba cualquier profesión -desde asesino a santo- antes o después obtienes clientes, así que en un rato, mañana a mas tardar, un par de crédulos se irán de tiendas sin quererlo, maldiciendo la pulcritud tailandesa que cualquier baño publico desmiente o aterroriza. Curiosamente, mientras el timador abrillantaba la mentira, algo en el árbol justo encima no paraba de echarle cosas encima. Quizá Buda vela así por quienes con sus divisas vienen a dar brillo a todo esto.

miércoles, 25 de agosto de 2010

economia sumergida en la acera


Cifraba hace poco The Economist el desempleo en Tailandia en el 1,7% de su poblacion activa, probablemente el mas bajo del planeta. Y es porque aqui cualquiera parece tener un trozo de acera esperandole en que instalar un puesto de venta de ropa, comida o ambas cosas. Los medios de transporte lo cuentan: hay bicicletas que sostienen en movimiento una freiduria de carne, otras que desplazan un transportin y en el, pasajeros. Los tucs tucs son motocicletas adaptadas para llevar adherido un sidecar detras. Los taxis rojos son pick ups, transportes de mercancias con techo habilitado para trasladar gente. Incluso los vehiculos que solo son aquello para lo que fueron disenados -motos mayormente- se conducen aqui como si coches: temerariamente desdenosos de su fragilidad.
Y en todos los puestos se repite la oferta -ropa, comida, turismo. Uno acaba comprando por rendicion.

joselito y el tiburon morcilla


Joselito hace lo que le piden y se lanza a las olas de Ko Phi Phi con la elegancia de un tiburon morcilla. Aqui hay mas españoles que arboles: unos que vienen a escalar, otros a cursar meditacion y huelga de hambre simultanea, los que a la full moon party y los que aguantan el temporal a pecho descubierto mientras el resto no asoma un pie del bar que les refugia. Es un misterio por que uno reconoce a un compatriota en el acto. ¿Joselito es Joselito incluso sin que la senora lo anuncie?, ¿es, ya de lejos, espanola la mujer que, por skype, pregunta a su madre por la paqui y dice luego que se corta?, ¿es español el colarse en piscinas sin pudor?, ¿y la pareja que dice necesitar ir a Bangkok para comprar un iman para la nevera y un cenicero de bambu?. Mas obvio los que se levantan en bloque para bailar la macarena en un bar, en Railey. Los miembros de toda especie se reconocen entre si, y pudiera ser que en su incapacidad proverbial de hablar ingles, el tiburon morcilla sienta consuelo, sabiendose un pez fuera de esa agua, pero acompañado en la orillita.

martes, 24 de agosto de 2010

Del color del cristal con que lo pagas


El logo de Ray Ban es, en los puestos callejeros, lo que el picante en la carta del restaurante: puedes elegir otra cosa pero te pierdes el sabor local. Si las vendieran con estuche, ambos tendriamos ya media docena. Son estos dias gafas de sol para cuando no hay sol, y acaso llevar puestas unas Dior, Prada o Armani merezcan en Tailandia el mismo grado de verosimilitud que tiene por aqui, bajo el mozon, vestir de marca.

La chupa que no compras


Bastante quemada tenemos la espalda (con o sin Aloe Vera, eso da igual, pica lo mismo) como para recordar la chupa de ayer, o la de esta manana.
Por supuesto (y esto tiene su gracia) a la chupa de agua que no iba incluida en el viaje es a la que me refiero. Que no es una, sino unas cuantas ya.
Tailandia tiene estas cositas. Tan pronto hace un solazo de aqui te espero, como se encapota el cielo y ves venir la tormenta acercarse, sin que parezca que te pillara sin el chubasquero puesto y a medio vestir.
Lo mejor es vivir ese amago de fin del mundo desde el agua salada, bien metiditos en el mar caliente, como los macacos en las aguas termales. (Ayer, en la playa de "La playa"; hoy, sorprendidos en Ko Phi Phi, como si fueramos nuevos!)

Tormentazo de arena incluido, dos segundos apenas para salvar la mochila no impermeable del desastre,una vez mas, aqui estamos para contarlo.

Y secos :)

todo a sien


Entre lo poco que uno ha aprendido del curso de masaje en Chang Mai esta la importancia del estiramiento. Por eso, y por si la charla continua de las masajistas no bastara para contarlo, sabe uno que el sitio al que hemos entrado en Ko Phi Phi es mas una peluqueria muscular, donde lo que estan haciendo es sobarte o contando tus poros hasta que la hora se cumpla. Como a Teresa le va mejor habiendo pagado el mismo masaje, deduce uno que insistir en una version suave del masaje tailandes tanto sirve unos dias para que el aceite que te untan haga que le resbale al masajista la instruccion, como para anestesiar, en otros, cualquier intencion terapeutica. Ole por el instrumento de tortura convertido en potito.

El regateo


Vamos a suponer que una tiene un don inoportuno y logra un ticket de barco por 200 baths menos que el resto de pasajeros.
Vamos a suponer que estas gafas que llevo puestas, regateadas a medias, me han costado una tercera parte de lo que una holandesa pago por cada uno de sus cinco pares hace unos dias.
Y,por suponer mas,pongamos que ademas, lo paso bien en el juego. De 300 que me piden, sugiero 100 y el trato se cierra en 120.
No esta mal!
Pero, que extrana diversion es esta, de la que parecen privarse la mayor parte de viajeros? Acaso no hay un apartadito importante de esta cultura y esta sociedad que se pierden sin saberlo?

Yo les digo una cosa, mis queridos lectores: nada hay como el placer inenarrable del acuerdo, la palabra ferrea pero entusiasta. La idea, su precio, la recompensa.
Y nada comparable a esas cincuenta camisetas de Juan Pablo en la mochila.

lunes, 23 de agosto de 2010

pongame de todo


A nuestra derecha, el manglar que por la noche es mar y de dia estepa pedregosa cuando baja la marea. Un poco mas cerca, a medias como el agua entre un estadio y otro, una mujer que nacio hombre se afana desde su puesto de duena del garito de internet, en ligar con hombres y mujeres, camara de por medio. En un pais en el que el bus que lleva de un sexo a otro transita siempre lleno, la ladyboy, menuda y desganada, parece centrar sus energias en la atencion a la pantalla que mira 13? horas diarias. Quiza porque en esta sociedad esta mal visto besarse en publico, abunda esa forma de concentracion de afectos que es ser, a la vez, los dos lados del amor.

domingo, 22 de agosto de 2010

Mareo y marea -ingleses


El día que escogemos ir a la isla donde se rodó una película -la playa-, suben a la chalupa con nosotros un par de hooligans, como para intercalar el jurgol en el cine. Ellos se intercalan pastillas, alcohol, tabaco y una verborrea inasequible al desaliento. Las islas se suceden, la tormenta convierte el mar en una coctelera y el hooligan masculino se refugia en la parte trasera de la canoa. Callado por vez primera, discretamente se coloca el chaleco salvavidas. Le miramos con la compasión del tiburón. El aguaexcursiones que se ha venido a hacer snorkeling no sabe nadar.

sábado, 21 de agosto de 2010

in farfolla's world


Fondon como de seductor ajado, el tipo que baja a la playa al atardecer lo hace con una toalla a la cintura y una joven en la otra mano, como si ambas cosas las dieran en recepcion junto a la llave. De estos vemos unos cuantos cada dia: hombres que rozan la sesentena mientras rozan o se frotan en publico con la veintena o treintena que camina a su lado. Como generico es burdo, y si este ejemplo ofende mas es porque el tipo camufla su edad en una postura chulesca. Como aqui una cosa es el precio que piden y otro el que pagas, acaso de lo que presume es de ganga.

viernes, 20 de agosto de 2010

Elephant's heaven


Bastante tiene el elefante maltratado con soportar la vejacion a sus espaldas, como para que una troupe de turistas de occidente se acomode a sus lomos para pasearse por la selva.

Comprobar de cerca a ese elefante malherido y ciego, cojo y huerfano, y comprobar que nadie hace nada por salvarlo; averiguar su desgracia desde que sufre el abuso hasta que logran salvarlo de su peor suerte -con mucha fortuna-; averiguar eso, contemplando a tantos otros como acuden felices a su reencuentro con la tierra, eso duele.
No es dolor ya observar su alegria al contribuir en el momento de sus comidas, ni es dolor coger un cubo de agua y banarlos en el rio. No es dolor, sino una experiencia inolvidable acariciar su piel, fornida y arrugada. Y tocar el cielo que no tuvieron con las manos, mientras algo en el ambiente te dice que volveras a ese lugar, al santuario de elefantes, a ese cielo que crearon para ellos.

Quiza de voluntario.

50% algodon, 50% morro


Como entre espanoles estas cosas se cuentan en publico, ayer volviendo de la playa ya de noche, y en la tesitura de colarnos en una de las piscinas de un resort de lujo, teresa hallo un par de toallas dejadas en una tumbona. Son amarillas, bien identificables por los guardianes del emporio. Asi que ahora, por segundo dia consecutivo, afrontabamos el momento de colarnos, ya con el salvoconducto colgando del brazo, cuando hemos hallado dos toallas mas, pero de un color mas oscuro. Hemos sustituido el pasaporte mojado y arenoso por uno seco, y tras banarnos nos preguntamos si con la toalla daran tambien de cenar. Como ya hemos cenado, preguntaremos por el desayuno.

de donde no se vuelve


De Krabi, en el sur del pais, tomas un bus que te deja a los pies de una chalupa que te deja en railey, west o east. Y ahi acaba tu viaje, vayas despues donde vayas. Donde uno llega es a una de las paginas del suplemento de viajes de un periodico, esas a las que uno se asoma los sabados en madrid pensando que antes vendra buda a venderte un tupperware a casa que te veras en una de esas playas. Como las fotografias que lo cuentan no estaran aqui puestas hasta que volvamos, uno desiste de explicarlo ahora. Aunque si cada espanol que encontramos por estos lares tiene un blog contandolo, en diez dias no va a quedar nadie a quien mostrar el prodigio, una vez de vuelta.

Por cierto, que ya no es necesaria cuenta alguna para comentar algo aqui. Mas facil.

domingo, 15 de agosto de 2010

Los dedos ciegos


Es todo un acontecimiento solamente entrar en el lugar. Tres plantas muy horteras, con fotografias del rey por las paredes y ventiladores funcionando a toda maquina. Mil colchones en el suelo; no se, quiza exagero, pero muchos. Y todos con muy mala pinta.
Entrar en el centro de masajes de los ciegos, aqui en Chiang Mai, es una experiencia. Descalzarse para recorrer los pasillos, y dejarse tocar por unas manos que no sienten tus gestos, es indescriptible.


Recuerdo una vez, durante un reportaje, que me dieron un masaje ayurvedico a cuatro manos. Fue en Madrid, en uno de los pocos lugares en los que puedes encontrarlo. La persona a la que entreviste me dijo que hacia poco, un invidente habia probado el mismo tratamiento, y contaba como su sensacion era la de alguien que recibe un masaje de un extaterrestre (por la sincronia de las manos).
En este caso, soy yo la que ve. Y las manos que se deslizan por mi piel las que detectan, pero las que no son capaces de visualizar nada. La precision de esas manos es impecable; exagerada, diria yo. Alude a cada punto concreto, con la presion adecuada y la tecnica incorporada en el alma, no en la mente.

Probablemente ahi resida el secreto y la sorpresa. El secreto incomodo de saber que no te entienden ni te descubren desnuda; la sorpresa insospechada de comprobar que tu desnudez empieza donde terminan sus dedos.

viernes, 13 de agosto de 2010

El rumbo


Sin duda, la historia de hoy se la dedico a este cocinero catalan que se viene a Tailandia a esperar a su novia mientras ella hace varios cursos de masaje, y lo aprende todo. Es la historia de alguien que se alquila una moto y va de aca para alla, buscando cuchillos; que se entera de las gangas en diferentes mercados que no estan al alcance de cualquiera. Que no sabe tailandes pero sabe moverse. Y que vuelve, despues de siete anos, a este lugar donde se siente tan a gusto.

Mi texto de hoy va en su honor, no se muy bien por que. Quiza por su entusiasmo al descubrir este pais y lo que no esta en las guias; o, quiza, porque anoche se llevo a su novia a cenar a un restaurante al lado del rio Ping, y a mi me encantaria ir con Juan Pablo un dia de estos...

Lo cierto es que se descubren muchos tipos asi. O mejores!

Como Nacho, este ingeniero zaragozano que renuncio a un buen puesto en plena crisis (con dos narices!) y se vino a Asia. Aqui lo tienes! : De India a Nepal, ahora Tailandia, Laos quiza. No me acuerdo de cual sera el siguiente destino.
Su mirada es limpia. Y Nacho debe ser otra persona desde que hace yoga y se inicio en reiki, y se apunto a Shiatsu y se intereso por la bioenergetica.
Me dice que tengo bloqueos en toda mi zona abdominal, que el se los ha tratado a base de diferentes terapias. Y le creo por su mirada azul y cristalina. Le creo y me encantan cada una de sus anecdotas. Me quedo con aquel tiempo que paso en un templo de por aqui, donde cogio piojos y tuvo que raparse la cabeza como un monje mas.

Que devocion! - le dijeron.

Y el se rie cuando lo cuenta...

Nacho no sabe que sera de su destino, pero sabe que esta por aqui.

Me gusta eso.

Es pararse frente a tu existencia y dejar que fluya lo que es mejor y te mereces. Es salir al mundo, y confiar, sin miedos. Apuntar una direccion y disparar la flecha. Pero sin prisa por encauzar su rumbo.

Satva yoga


Un oasis en medio de la jungla y un lugar donde estar y ser. Satva yoga.
Nos conocen de sobra. Es, en Chiang Mai, el lugar de reunion de estudiantes de masaje y de foraneos; es el sitio donde siempre encuentras alguna cara conocida. Y, ademas, puedes hacer yoga! Para que queremos mas...

Sus duenos son una pareja como otras muchas en Tailandia. El, neoyorquino; ella, tailandesa. Una mezcla interesante que permite comprender que los polos opuestos se atraen una vez mas.

Nos gusta estar alli. Solo tienen cuatro platos que nunca cambian, y todos vegetarianos. Tienen unos zumos y batidos excelentes, y para entrar tienes que hacerlo descalzo, como en todo el pais.

Satva yoga es un alivio y un cinturon de seguridad. Alli nada es indigesto; alli sueles comer lo de siempre. Y hasta te lo preparan para llevar.

Sat Nam; Satva Yoga.

Namaste...

El titulo


Lo se.
Recibir un diploma que acredite que sabes algo sin tener mucha idea (o ninguna) te llena el ego pero perjudica la salud. La de Juan Pablo, por haberse bebido uno de los doce mil zumos del dia demasiado rapido; la mia, la de mi conciencia.
Pero, en fin. Que le vamos a hacer! Asi es la vida... Pagas lo que debes pagar, haces cuatro cosillas, y te acreditan como que has pasado satisfactoriamente el curso de introduccion al masaje tailandes.

Yo que tu no me pondria en mis manos!!!!!! (Lo escribo mientras un profesor de la escuela mira una pagina de deportes en un diario frances, en el ordenador de al lado).

Lo se.
Y no me quejo. Podria haber sido peor. Me podria haber tocado el mas inepto de los alumnos como pareja de masaje. Y, entonces, toda la ayuda recibida del ruso (el ano que viene a Moscu, Juan Pablo!!) habria sido inexistente.

Asi que me planteo que, solo gracias a el, gracias a ese estudiante de medicina ruso al que le he caido en gracia, tengo el diploma en mis manos. Y lo se, es injusto, pero lo llevo en mi mochila ya.
Asi podria colgarlo en mi sala de yoga o de masaje como pretendiendo que significa mucho; asi podria alardear de el a mi vuelta a Espana.

Pero, amigos, no nos enganemos... Este titulo no significa mucho.

Al menos despues del masaje de aceite que acabo de recibir tan solo hace veinte minutos.

Me voy a hacer reiki!!!

jueves, 12 de agosto de 2010

devocion, articulo 35.


El cumpleaños de la consorte del rey se hace coincidir con el dia de la madre, y es obvio en el cartel gigante que preside el escenario y en las proyecciones que la acompananan que el objetivo de unificarlas no ha de ser homenajear a la madre sino ahorrarselo. Y uno daria un brazo (el que se comieron anoche los mosquitos) por confirmar que la glosa que resuena con tufo del peor culto al lider asiatico (mao, stalin, kim jong II) es algo distinta de la ranciedad feudal que sugiere el cancionero. Se muestran imagenes de las crias reales y algo se revuelve en el estomago, como ver a las nutrias en el desfile de peleteria.ñ

miércoles, 11 de agosto de 2010

ahorrate la negociacion


una vez descontado el 40% de recargo que cualquier vendedor aplica en un mercado al ver tu cara al preguntar, negociar 20 o 50 bahts suplementarios (50 centimos, un euro) a veces supone perder la prenda negociada, cuyo precio rara vez excede los cinco euros. Es un abuso de la negociacion y el triunfo de la voluntad sobre el propio valor de lo negociado, pero que empleas una y otra vez sabiendo que unos metros mas adelante hay decenas de puestos que ofertan lo mismo. Entrar en el Sunday market es mas sencillo que salir de el. Aqui se juega a eso a todas horas y a base de jugar teresa y yo a querer y desdenar prendas, se nos pone cara de dado rotatorio: fondo blanco, un par de puntos oscuros en medio, y que pican lo suyo.

su real masaje

El porque este pais ama a su rey mas alla de toda logica tiene relacion con con la practica del masaje thai, pues dado que toda invencion de una maniobra o receta para mejor vivir o paliar problemas de salud ha tenido antes o despues en la nobleza y realeza su principal mecenas o validador, si la aplicacion del masaje es similar a la que vengo de sufrir pese a mis continuos alaridos, entonces cabe pensar que la ensenanza del masaje thai es un milagro que ha sobrevivido al decapitamiento inmediato, automatico, de todo aquel que viniera de practicarlo en un miembro de la realeza. Pues uno ve centros de masaje por doquier, cabe ver que el rey renuncia a derecho tan justificado. Como no amarle.

viernes, 6 de agosto de 2010

Destinos


Pico se ha inventado su nombre porque dice que el de verdad, en aleman, es impronunciable en cualquier parte del mundo en la que ha estado. Asi que, desde hace unos anos, se llama asi.
Ha recorrido medio planeta, viviendo experiencias increibles en el otro medio. Ahora, despues de casi perder la vida en un accidente y tras cinco anos de rehabilitacion, aunque cojo, lleva una vida mas o menos normal.
Vive en el campo, donde siempre ha querido vivir, a las afueras de Chiang Mai. Y la que ahora es su mujer, Sao, tiene lo menos treinta anos menos que el.
Hacen una pareja de lo mas peculiar; sobre todo sobre la moto con sidecar que Pico ha traido de Alemania. Asi que todo el mundo se queda con la boca abierta aqui cada vez que tuercen una esquina. En Tailandia estas cosas no se ven facilmente.

Ahora somos tres. Yo soy la que monta en el sidecar a veces, y Sao va detras (con el), otras.
Creo que a ella esto de hospedar "farangs" (como nos llaman aqui a los extranjeros) no le acaba de encajar. Y el hecho de que a su marido le entusiasme oir, por ejemplo, mis historias del desierto (cuando es su unica manera de viajar con la imaginacion), le pone un poco enferma.
Ahora dice que esta cansada, con dolores, y le ha "castigado" sin salir con su mayor pasion, la moto.
Que cosas!
Pico dice que Tailandia le ha ofrecido una libertad que no encontro jamas ni en Libano, ni en Estados Unidos, ni en Palma de Mallorca (algunos de los lugares en los que ha vivido).
Yo creo que es esa moto, que tiene un poder especial y deja a todo el mundo atonito. Estoy convencida de que Sao es solamente una excusa, tambien una necesidad para el. Pero, en cualquier caso, una via de escape para ella. Pasar del trabajo en el campo al lujo en el que viven, sin lugar a dudas es tener suerte en esta vida.

Pero, en fin, ahi la tienes! Refunfunona hoy, como una nina malcriada a ojos de su protector.
Y Sao lo sabe. Sao sabe que la buena fortuna existe. Y que lleva nombre propio para ella. El nombre no es otro que Pico, aunque sea inventado.
Y Pico tambien lo sabe. Pico sabe que la necesita porque, sin ella, la vida en Tailandia, sin saber el idioma, no seria tan facil.
Ninguno ha buscado este destino. O quiza si.

Lo cierto es que, si volvieran a nacer, probablemente nunca imaginarian una vida en comun.

O, al menos, eso es lo que a mi me parece...

Salir del templo y volver a la realidad


Senores, el hecho de que un juan escriba por el otro no es desdoblamiento de personalidad, sino quiza falta de tiempo. Asi que, mis disculpas...
Aqui va mi texto, mientras Juan Pablo llega.
Parte de una ciudad nublada y densa en trafico, Chiang Mai, en el norte de Tailandia.
Para llegar aqui he estado meditandolo, y ademas literalmente, porque el destino me ha llevado a convivir varios dias con desconocidos en un templo. Y hacerlo en silencio.
Meditar y guardar silencio, comer solo dos veces al dia (a las 6:30 y a las 11:00), y no interactuar con nadie. Y silencio. Y silencio. Y la lluvia.
Que tal? -me pregunta mi madre.
Pues, sin duda, toda una experiencia inolvidable. Recuerdo, sobre todo, las 4:30 de la manana y los ninos de apenas 11 anos que algun dia se convertiran en monjes, barriendo lo que esta limpio. Y la voz del maestro en su ingles chapucero, haciendo metaforas sobre nuestra vida y las aranas, nuestra rutina y los monos.
Asi que, mama, no te preocupes, que aplicare todo esto de alguna manera a mi vida. Y puede que tambien a mis clases de yoga en la oficina.

Salir del templo y volver al mundo real me ha llevado al campo, a las afueras de Chiang Mai mas concretamente. Y lo he hecho a lomos de un sidercar. Para que luego digan que la vida a veces no es sorprendente y maravillosa...

jueves, 5 de agosto de 2010

siga a ese símbolo


Que según qué vehículo necesite de chófer probablemente habla más de lo lejos que viene el pasajero a subirse en él, que de la complejidad del vehículo en sí. El reverso de imágenes como esta es una mujer occidental conduciendo un coche mientras, en la parte de atrás, la misma cara que aquí marcha delante entiende de su manejo lo mismo que Teresa de las marchas del paquidermo. El elefante se transporta a sí mismo, su valor no depende de sus ocupantes –puede pensarse como diferencia. Pero sólo hasta que adviertes el precio de un Rolls Royce.

chang rai?


Teresa se levanta un día y decide que no va a ir al poblado en el que iba a pasar una semana, gracias a eso vemos seguramente esta imagen. La belleza existe, así, gracias a lo que decides no hacer. Sólo necesitamos que el hombre de la imagen haga eso mismo –agacharse para sembrar o recoger racimos de arroz- durante horas, días, generaciones. Por supuesto, en esto el observador gana sólo el tiempo que tarda en llegarse a un restaurante y tratar de no comer arroz en Tailandia. En el juego de lo que decides no comer, uno es el primero que agacha la cabeza.

domingo, 1 de agosto de 2010

Bali en el retrovisor

ma-jo-lu, en Bali, hasta hace nada.
http://selematdatangpulaubali.blogspot.com/

miércoles, 28 de julio de 2010

conviértete en pipas

Seres humanos cultivaban el girasol 1000 años antes de que otros seres humanos sembraran de dioses la tierra. Así, antes de que la vida se abrasara con vistas prometidas a otra vida en el cielo, la vida del girasol quemaba sus días para convertirse en algo que seguía aquí, nutriendo a quien por él pasara. Aristarco de Samos se adelantó 1800 años a lo que Copérnico primero y Galileo después dirían del sol como centro de nuestro sistema solar (llamado por ellos universo). Fue éste último quien escogió mirar para otro lado para no arder en las hogueras encendidas por la iglesia católica. Pero el girasol aún estaba, aquellos días, por traer a europa desde el continente americano. Este es un blog sobre viajes que escogen esta vida, este sol y sus frutos. Estos pies no se mueven, el resto sí.