jueves, 5 de agosto de 2010

siga a ese símbolo


Que según qué vehículo necesite de chófer probablemente habla más de lo lejos que viene el pasajero a subirse en él, que de la complejidad del vehículo en sí. El reverso de imágenes como esta es una mujer occidental conduciendo un coche mientras, en la parte de atrás, la misma cara que aquí marcha delante entiende de su manejo lo mismo que Teresa de las marchas del paquidermo. El elefante se transporta a sí mismo, su valor no depende de sus ocupantes –puede pensarse como diferencia. Pero sólo hasta que adviertes el precio de un Rolls Royce.

1 comentario:

  1. Habría que saber lo que piensa el elefante de todo esto.
    ¡Buen viaje!

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