martes, 24 de agosto de 2010

todo a sien


Entre lo poco que uno ha aprendido del curso de masaje en Chang Mai esta la importancia del estiramiento. Por eso, y por si la charla continua de las masajistas no bastara para contarlo, sabe uno que el sitio al que hemos entrado en Ko Phi Phi es mas una peluqueria muscular, donde lo que estan haciendo es sobarte o contando tus poros hasta que la hora se cumpla. Como a Teresa le va mejor habiendo pagado el mismo masaje, deduce uno que insistir en una version suave del masaje tailandes tanto sirve unos dias para que el aceite que te untan haga que le resbale al masajista la instruccion, como para anestesiar, en otros, cualquier intencion terapeutica. Ole por el instrumento de tortura convertido en potito.

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