martes, 24 de agosto de 2010

El regateo


Vamos a suponer que una tiene un don inoportuno y logra un ticket de barco por 200 baths menos que el resto de pasajeros.
Vamos a suponer que estas gafas que llevo puestas, regateadas a medias, me han costado una tercera parte de lo que una holandesa pago por cada uno de sus cinco pares hace unos dias.
Y,por suponer mas,pongamos que ademas, lo paso bien en el juego. De 300 que me piden, sugiero 100 y el trato se cierra en 120.
No esta mal!
Pero, que extrana diversion es esta, de la que parecen privarse la mayor parte de viajeros? Acaso no hay un apartadito importante de esta cultura y esta sociedad que se pierden sin saberlo?

Yo les digo una cosa, mis queridos lectores: nada hay como el placer inenarrable del acuerdo, la palabra ferrea pero entusiasta. La idea, su precio, la recompensa.
Y nada comparable a esas cincuenta camisetas de Juan Pablo en la mochila.

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