miércoles, 1 de septiembre de 2010

Ao Phra Nang


Hay que saber irse –piensa uno mientras el atardecer borra al tiempo nuestra estancia en Railey y los perfiles de la playa majestuosa de Ao Phra Nang, en la costa Oeste. Lo que uno está pensando es, pues, que hay que saber dónde volver. El día en que la full moon party ha desplazado al golfo de Tailandia a buena parte del turismo, tocamos en esta parte del país casi a playa por persona. Es una forma de patrimonio indescifrable que los monos ceden de día y heredan de nuevo, llegada la noche. Apenas se ve cuando nos vamos, y no cuesta sentir que lo que escapa apresuradamente a nuestro paso no son cangrejos sino la pura riqueza.

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