miércoles, 19 de septiembre de 2012

De Regan a Ronald


De las dos escaleras en Washington que honran o simbolizan los peldaños que llevan al logro, y la caída, de la política norteamericana, la del Lincoln Memorial no se puede ascender en solitario. Pero solo los mosquitos parecen subir y bajar la que, en Georgetown, más escondida que oculta, utilizara William Friedkin para rodar el final de El exorcista en 1973. Solo ocho más tarde Ronald Reagan apadrinaría el exorcismo fiscal al país al reducir los impuestos y desregular el sector financiero, abriendo así la puerta a lo que, veinticinco años más tarde, produciría una debacle sistémica de la economía mundial. En la película, la madre de Regan –la niña poseída por el demonio- es actriz en Washington. Probablemente solo coinciden en que, como el país que antes o después volverá a elegir a un presidente republicano, Regan no recuerda nada de lo que le ocurriera.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario