Para desdicha de Diego y Corporales y fortuna mía, con la misma lógica
con la que, un día de la adolescencia, uno dejó de jugar al fútbol como había
hecho hasta entonces y empezó a jugar al baloncesto, de camino al lago
Winipeseauke acabamos, insospechadamente, en Springfield, donde acaso ni
siquiera Homer Simpson viviría de poder elegir otro lugar. Pero también donde
James Naismith inventó el baloncesto en 1891. Con un poco más de fortuna, lo
habría inventado en Boston y todo tendría más sentido, asi que ha de ser que,
sabiendo que habría de hacerlo en Massachussets, simplemente se despistó. Por
ser coherente, es aquí donde uno entra temblando y hasta llora, en lugar de
hacerlo, como es más natural, en Hooters.
Lloro pensando en Hooters...ciertamente :P
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