sábado, 10 de noviembre de 2012

de dónde venimos


Solo días después de que menem amenace con recordar hacia dónde vamos si nadie se lo impide, el Museo de Ciencias Naturales de La Plata reluce como un fósil que contuviera otros, segregados acaso por sus paredes, sus escaleras, sus vitrinas, sus paredes, sus bustos, sus cartulinas ajadas donde escrito el nombre de cada criatura disecada, de cada hueso teñido de vejez. Es un artefacto tan propio del país como ajeno a los habitantes de Buenos Aires, plenos de agitación, de una tensión constante a medio camino de la vitalidad y el descarrile. Hechos de un civismo descascarillado que tanto recuerda al italiano y al español, que siembra de desperdicios calles y carreteras mientras sus conductores se manejan como si aspiraran a convertirse en uno más, que aúna la alegría y la desconfianza, el orgullo y la generosidad, son nosotros sin que necesariamente tengamos que vernos reflejados. También ese espejo ha de poder ser mirado desde detrás. 

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