Uno no logra encontrar la casa hermosa que estuviera a
punto de comprar en el barrio de San Telmo hace cuatro años, y quizá sea mejor,
no sea que quien viva en ella se me parezca. Uno compró su casa en Madrid en
los días en que esa decisión había de ser tomada a toda prisa, nada más verla,
so pena de que alguien viniera a quedársela tras de ti. Asi que, si algo,
cierto valor había de tener decidir comprar una casa tras llevar cuatro años
viniendo a Buenos Aires. Antes de que bancos, gobiernos y promotoras –valga la
redundancia- decidieran que una casa era un jersey, esa casa era donde ibas a ser
para toda tu vida. Un escultor habitaba aquella de San Telmo, tenía un patio dentro,
no mucho más recuerdo. Me pregunto si quien viva en ella sueña alguna vez con
vivir en Madrid.
No hay comentarios:
Publicar un comentario