Lo que de noche parecían cucarachas que infestaran el centro de Montgomery, Alabama, han resultado ser grillos por la mañana, muertos en cantidades asombrosas como si por ley lo que asqueara de noche no pudiera correr mejor suerte de día aunque sus merecimientos fueran tan distintos. Dentro de sus casas, estadounidenses cuya alegría y generosidad reluce a la luz del sol conviven con un lado oscuro que es de mugre alimentada de colillas, latas de cerveza, ropa tirada por doquier y enseres sin más uso que acumular polvo. Si ellos fueran sus casas, serían pulcros, bellos, hechos para contribuir a un orden, a una armonía limpia y clara. Si sus casas fueran algunos de ellos, serían un espantajo de cochambre oculta y fealdad desmadejada, de desdén por la lógica o la distribución racional de sus recursos. No es culpa del grillo parecer una cucaracha.
sábado, 23 de julio de 2011
La mugre y sus pies
Lo que de noche parecían cucarachas que infestaran el centro de Montgomery, Alabama, han resultado ser grillos por la mañana, muertos en cantidades asombrosas como si por ley lo que asqueara de noche no pudiera correr mejor suerte de día aunque sus merecimientos fueran tan distintos. Dentro de sus casas, estadounidenses cuya alegría y generosidad reluce a la luz del sol conviven con un lado oscuro que es de mugre alimentada de colillas, latas de cerveza, ropa tirada por doquier y enseres sin más uso que acumular polvo. Si ellos fueran sus casas, serían pulcros, bellos, hechos para contribuir a un orden, a una armonía limpia y clara. Si sus casas fueran algunos de ellos, serían un espantajo de cochambre oculta y fealdad desmadejada, de desdén por la lógica o la distribución racional de sus recursos. No es culpa del grillo parecer una cucaracha.
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