domingo, 12 de enero de 2014

la sal de la tierra


La ofensa de un dios que sacara del barro a su creación parece tener que ver con devolverle a la tierra si le falla: si la leyenda que imprime la guía cuenta cómo una rica familia local atrajo la ira de dios al negar hospitalidad a una mujer pobre y su hijo, a resultas de lo cual fueron sepultados bajo los montículos de arena que hoy forman la parte del Sáhara conocida como Erg Chebbi, recorrerla desde la mitología cristiana sugiere un relato similar: como si a la mujer de Lot se le permitiera, siquiera por un instante cada noche, mover un brazo o rascarse dentro de su caparazón de sal, el desierto se antoja un mar petrificado cuyas olas el viento nocturno hiciera crecer o menguar., encresparse o hundirse lentamente. Si Moisés hubiera sabido los años de éxodo que vagaría por el desierto después de liberado de los egipcios, quizá hubiera elegido ver abrirse el desierto, no el mar. 

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