cachivaches de la identidad
El analfabetismo y la indolencia son, en la definición de
I., rasgos usados y ubicuos que, como los que vemos negociar en el mercadillo
de Rissani, no terminaran nunca de abandonarse a pesar de su aspecto. Desconfían
de sí mismos más de lo que se diría recelan de cosas aparentemente inservibles.
No son constantes ni exigentes –sigue- y el desdén con que trabajan –trabajo moro,
dicen de sí, despectivamente- quizá hace inevitable el enchufismo y el trabajo
precario. Decir “Alá lo quiere” es la forma más rápida de llegar a cualquier
tema. Esnifan cola y hay más locos que cachivaches –dice. Y lo que ha de querer
decir es que, dejados de cualquier forma, vagamente activados, acaso tantos son
la misma cosa.
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