domingo, 12 de enero de 2014

cachivaches de la identidad


El analfabetismo y la indolencia son, en la definición de I., rasgos usados y ubicuos que, como los que vemos negociar en el mercadillo de Rissani, no terminaran nunca de abandonarse a pesar de su aspecto. Desconfían de sí mismos más de lo que se diría recelan de cosas aparentemente inservibles. No son constantes ni exigentes –sigue- y el desdén con que trabajan –trabajo moro, dicen de sí, despectivamente- quizá hace inevitable el enchufismo y el trabajo precario. Decir “Alá lo quiere” es la forma más rápida de llegar a cualquier tema. Esnifan cola y hay más locos que cachivaches –dice. Y lo que ha de querer decir es que, dejados de cualquier forma, vagamente activados, acaso tantos son la misma cosa. 

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