en propiedad
Como los granos de desierto que imposiblemente son de una
sola duna, también el granito de medicina, de ropa, de material escolar o de
comida que has venido a entregar acaba creando en un viaje de estas
características un vaciado de lo individual que puede mirarse en la montaña de
ropa dejada en un asentamiento nómada o en esa temperatura polar que impide
dormir en Nochevieja, y que al amanecer revela que ni eso es solo tuyo. Cuesta
menos considerar como propio lo que te encuentras comiendo o bebiendo en un
país extraño, aunque quizá baste calcular lo que aquí pueda atesorar cualquiera
–poco- para intentar estar a la altura. Cuenta I. que en el colegio de Almería
en que trabaja, muchos de los alumnos marroquíes dicen haber nacido el 1 de
enero del mismo año. Habéis vuelto a nacer –repite la mujer que fundara la
escuela. Para quien necesite una razón menos mística, siempre queda ese remedio:
verlo como una oportunidad única para dejar, por unos días, de ser del todo uno
mismo.
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