Como el cine en Hammond, Lousiana, que, de cerca, es solo un bloque de apartamentos, algunas ensoñaciones políticas tienen una hondura de industria inmobiliaria. Y así, recién empezada la carrera en el partido republicano para elegir a su aspirante a la presidencia en 2012, la delirante intención de merecerla como la forma natural de pasar página a la crisis económica es, más claramente, solo pasar las páginas adecuadas para entenderlo. Si el periódico es The New York Times, con dos páginas bastan, pongamos la 18 y la 19 del ejemplar del 15.8. El primero de sus editoriales extracta cómo a pesar de que para la gente es más importante la creación de empleo que los recortes presupuestarios, su cámara de representantes podría estar haciendo lo imposible por relanzar la recesión mundial, impulsada por ese objetivo del partido republicano que es reducir todo el problema laboral a un solo empleo: el de presidente del país. Su sistemática negativa a aprobar incrementos de gasto público, un generador automático de desempleo y de mayor pobreza para quienes ya se hayan inmersos en ella. Por supuesto no es algo que Grecia o España no lleven tiempo disfrutando con la colaboración inestimable de las agencias de cailificación. Solo que la rebaja en la clasificación crediticia de la deuda estadounidense no tiene nada que ver con la padecida en parte de Europa, ligada a abismos de déficit oculto e incapacidad probada de competitividad, sino con la transparente misión del partido republicano por preservar el desempleo o aumentarlo si cabe si con ello aumentan las posibilidades de enviar a esas listas al actual presidente.
Sin más empleo, tanto la economía como el presupuesto –el déficit público- se deteriorarán aún más. Imprimes “sin más inversión” y se entiende igual. Quizá por eso, el tercer editorial de ese día cuenta de la renuncia del gobernador republicano, sam brownback, a invertir los 31.5 millones de dólares concedidos por el gobierno para hacer a Kansas el más avanzado de los estados en desarrollo de tecnologías aplicables a la nueva ley sanitaria, combatida hasta el despropósito por su partido, enésimamente como parte de la preocupación por el déficit del país… y transparentemente anunciado esta vez durante un acto contra la aplicación de la ley. Con ello, Kansas se une a Oklahoma, donde la gobernadora republicana mary fullin devolviera en abril 54 millones de dólares con idéntico afán. Recuerda también el editorial la dudosa memoria del gobernador de Kansas, actualizada su preocupación por el déficit público a partir de aquella, plácidamente entregada en sus días como senador al servicio de los enormes recortes de impuestos y el gasto que acarreara la invasión de Irak, en tiempos del republicano bush. Justo al lado, las cartas al director incluyen la del escritor Charles Morris, que cita cómo el peso fiscal en Estados Unidos, sumados los impuestos estatales, locales, federales y laborales es, según el informe elaborado por la Organización para el desarrollo y la cooperación en 2009, el 28 más bajo de los 30 países más industrializados. Cómo, sostenido sobre el cálculo del producto interior bruto, la presión fiscal es un 35% inferior a la que existe en Alemania. La cita de Ross Douthat suena al motto de su partido: “Votad a Mitt Romney, sabéis que no se cree una palabra de lo que dice”.
(1 y 2) y tan negro... más que el c*** de un grillo! ¿es posible que ese sin sentido político - o mejor dicho apocalíptico - siga su curso? ... ¿no aprendemos nada de la historia? ... debacle. :/
ResponderEliminarla lección del poder y el dinero posibles es una asignatura sin libros de otros años... cada año es nueva... :P
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