martes, 23 de agosto de 2011

el pulpo como molde


Quizá los coches son tan fundamentales en estas ciudades del sureste estadounidense porque nadie, si se pusiera a buscarlo, sabría decir dónde está el centro de una población. Como si estuvieran diseñadas como los suplementos de moda que editan trimestralmente los periódicos, sus capas se extienden lujosa, espaciadamente por calles que parecen dar siempre a copias perfectas de lo que vienes de dejar atrás. Pulcros, idénticos, cuidadosamente no cercados para parecer el mismo césped como sus casas semejan pabellones del mismo complejo, sus espacios privados están diseñados para parecer públicos. Y éstos, inexistentes más allá de parques y carreteras, para parecer… haber sido privatizados. Aberrantemente alquilada la idea de espacio público al gigantismo de los centros comerciales, uno lee sobre los primates rancios que dominan el partido republicano, sobre su condena del papel del gobierno en la reactivación económica, sobre bajar impuestos ahora y siempre, sobre la opinión de dios en la prohibición del aborto y el matrimonio homosexual, y piensa que el espacio público acaso se guarda en el mismo lugar que alberga, apestada, la mera razón.

3 comentarios:

  1. Yo les entiendo. Una vez que te sales de tu espacio privado, de tu oasis en medio de la mierda, te das cuenta de que vives en un país dominado por subnormales. Mejor estar en una burbuja, que donde puedan estar los demás...no sea que todo se contagie... :)

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  2. A Diego: claro no es agradable vivir con sus propias defecaciones :P
    Al bloguero: ¿No te suena al señor Sphagnum que genera su propio medio, en autarcia medioambiental? (palabras claves: bonal, turbera, trampal...)

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  3. lees los periódicos de aquí y compruebas que las plantas carnívoras son bípedas y republicanas... :P

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